La Conferencia Canadiense de Obispos Católicos se disculparon formalmente con los pueblos indígenas del país, esto después de que se descubrieran más de 1000 tumbas de niños indígenas en internados gestionados por la Iglesia Católica.
«Nosotros, los obispos católicos de Canadá, expresamos nuestro profundo remordimiento y ofrecemos una disculpa inequívoca», declararon.
Asimismo, «reconocieron el sufrimiento vivido en los internados» y «los graves abusos cometidos por algunos miembros» de la comunidad católica.
«Muchas comunidades religiosas y diócesis católicas han servido en este sistema que ha llevado a la supresión de las lenguas indígenas, la cultura y la espiritualidad, sin respetar la rica historia, las tradiciones y la sabiduría de los pueblos indígenas», comunicaron.
Estos graves descubrimientos reavivaron el trauma sufrido por unos 150 000 niños amerindios, mestizos e inuit que fueron apartados de sus familias, su lengua y su cultura y reclutados a la fuerza en 139 internados de todo el país hasta la década de 1990.
En los internados, fueron sometidos a malos tratos y abusos sexuales, donde más 4000 niños murieron. Esto se le considera como un genocidio cultural.
